domingo, 23 de mayo de 2010

El beso...


















¡Qué bonito día! – exclamé. Hace mucho tiempo no sabía absolutamente nada de él ¿Cómo estaba? ¿Qué hacía? ¿Me extrañaba? Simplemente se dignó a desaparecer del mismo círculo social que ambos frecuentábamos, sus amigos no me informaban nada al respecto. Fue una persona muy inteligente al escoger esa salida puesto que fue la más rápida y eficaz de todas.

Sin embargo su ausencia me intrigaba moría por saber todos sus movimientos. ¿Quizá habría conocido a alguien más? ‘’Lo dudo’’… Entonces... ¿Qué hace? ¿Donde está? Lo que más me indignaba es saber que él si sabía lo que yo hacía, donde estaba, con quien salía. ¿Acaso era yo una persona extraña? Ni siquiera sabía que era lo que verdaderamente quería (¿Flavio o mi libertad?).

Mientras me hallaba sentada en mi computadora escuchando una canción ‘’feeling’’, unas manos frías y delgadas me taparon la vista e inmediatamente sentí un beso húmedo en mi mejilla -*¿Quién eres? - Justin -* ¡Hola! - ¿Cómo has estado? (deslizando sus tiernas manos sobre mis mejillas) -*Muy bien…

El era uno de los hombres que dejan mucho a tu imaginación, hablan poco pero su mirada lo dice todo ya que es penetrante y fuerte, sin embargo no dejan claro si solo buscan amistad o algo más. Si tan solo quería ser mi amigo ¿Por qué tenía gestos tan lindos y dulces? Qué extraño. Mientras ella cambiaba de música él se encontraba sentado en el borde de su cama sujetando su cabeza con sus manos. Ella no sabía si preguntar que le sucedía… En el fondo era tímida.

Me senté a su lado, me miró y me abrazó yo respondí el abrazo. De repente sus ojos se empañaron y trató de esconder la mirada, le pregunté que sucedía él me dijo que estaba muy confundido y que no podía contarme, este se paró y se fue…

Llamé a mi mejor amiga llamada Azul, le conté que me gustaba Justin, me preguntó por Antonio, le dije que se dejó de interesar en mí y ella me aconsejó, me dio su punto de vista. Sin embargo ella tiene una manera muy distinta de pensar … Yo simplemente dejo las cosas al tiempo…

Justin no se apareció hasta después de 3 días… lo busqué lo llame, no supe nada de él. Me conecté al Messenger y lo encontré online, le pregunté como estaba y me dijo… quiero hablar contigo es urgente nos encontramos en el cruce de las avenidas.

Eran las 11:00 pm cogí las llaves y caminé hacía el destino para encontrarme con Justin. Presencié su llegada se veía nervioso como si escondiera algo.


Ella: ¡Hola! ¿Qué paso? ¿Por qué te encuentras tan nervioso? ¿Te sientes mal?
Justin: Lo que te voy a decir no te va a gustar en lo absoluto.
Ella: ¿Qué ocurre?
Justin: Yo…sé que estas enamorada de mi.
Ella: -riéndose- ¿Quién te dijo semejante mentira?
Justin: No soy ciego, noto lo nerviosa que te pones cada vez que te miro.
Ella: Si tu lo dices… ¿Para esto me has hecho venir?
Justin: No… Era para contarte que estoy enamorado y no es de ti.
Ella: Ah mira ¿Y de quién?
Justin: De mi enamorada…


Me sentí usada. Creo que he venido a este mundo para tener desilusión tras desilusión, lo más penoso es que yo tenía una imagen muy dulce y tierna de Justin.


Ella: Bueno… Ahora si me voy ¡Chau!
Justin: Espera no… no… no te vayas…
Ella: ¿Y ahora qué? ¿Me vas a contar como amas a tu enamorada?
Justin: No…

Ella Corrió sin parar sentía rabia y decepción, Justin siempre la trató muy bien ¿Por qué ahora se transformó en un patán? Se cansó de correr y paró, él la alcanzó, la cogió de la mano y la acorraló contra la pared ella no entendía esa suerte de bipolaridad.

Sus manos tocaron sus mejillas la miró con sus intensos ojos azules y le dijo:
''Tu me vuelves loco… no sé que hacer contigo, me gustas muchísimo''

Ella solo lo miró y trató de comprender, sin embargo los pechos de cada uno de ellos estaban muy juntos, uno sentía la respiración y los latidos del otro. Ella alzó la mirada y él apretó mas sus delicadas manos contra sus mejillas se acerco dulcemente y pegó sus labios a los de ella.

Mi corazón latía muy fuerte, no podía creer lo que sucedía, tenía las manos heladas definitivamente me había bajado la presión, era mucha emoción para un día. ¿Tendría que sentirme mal por besarlo? No fue esa mi intención aunque me gustó.

martes, 4 de mayo de 2010

Claudio

Ella con una gran sonrisa entró a la bodega.

Ella: buenos días.
Vendedor: ¿Si? ¿Se le ofrece algo?
Ella: una tarjeta 147 de 20 soles por favor.
Vendedor: ¿Algo más?
Ella: no gracias.

Subió a su bicicleta y pedaleó sin parar hasta su casa. Introdujo la llave en la puerta y empujó esta suavemente. Corrió en puntitas y hurtó el teléfono de casa. Cogió un papelito arrugado de su bolsillo y marcó el número escrito en el.

Ella: ¿Aló?
Claudio: ¿Reina que tal como andas?
Ella: ehh… Bien ¿Que tal como estas?
Claudio: un poco atareado ¿Cómo vas con la situación que me contaste?
Ella: perturbada… en realidad no tengo con quien hablar, me siento sola. Se me desmoronó todo lo que ya había construido.
Claudio: no te preocupes chata todo va a estar bien.

Ella solo necesitaba esas palabras para tomar un respiro y sentirse tranquila. Avocó su tiempo libre para meditar constantemente lo sucedido. Sin embargo muchas dudas invadían su cabeza. ¿Era tan solo mi imaginación? ¿Yo estaba causando mucho daño o viceversa? ¿Que tal si en realidad ella no tuvo nada que ver en el rollo?

Que difícil era sobrellevar todo esto. Por más liberal que luciera todo daba vueltas. Algo muy cierto es que estamos hechos para causar daño y ser maltratados, no solo con golpes sino también mentalmente. Las intrigas y dudas nos destruyen causando muchos problemas.

Claudio: mantente tranquila. Siendo tú amigo y también de ella me siento contra la espada y la pared. Lo único que te pido es que solo buenos pensamientos invadan tu mente.
Ella: sinceramente hablar contigo me tranquiliza, muchas gracias te pasaste una vez más. Me tengo que ir… Te dejo besitos ¡bye!


¡Floja de miércoles! ¿Puedes abrir la puerta? Hace rato que están tocando. (Dijo su hermano)