
Al menos yo creí que todo andaba bien.
En el transcurso de la noche fui a cenar y accidentalmente me tope con ‘’Él’’, sentado en un auto color negro me mando una mirada atemorizante, yo no entendía su bipolaridad. En un momento se acercó hacía mi susurrando al oído ’’ Tan solo eres una más del montón, una simple ramera’’ ‘’ piérdete’’. En ese momento mi rostro quedó totalmente paralizado sin embargo ya no sentía mas ganas de llorar… me di cuenta que estaba cambiando.
Lo que ocurría a mí alrededor me causaba poco interés. La frialdad e indiferencia eran cada vez más constantes al menos hacía él. Mi modo de ver las cosas era distinto, nuestra relación no había sido muy buena meses atrás… y pensándolo bien… nunca le fui infiel… lo ocurrido con Christian fue mucho después de culminar nuestro lazo de amor.
En dirección hacía mi hogar me cruce con dos amigos José y Antonio, en ruta a mi casa iniciamos un juego gracioso y divertido ‘’ susúrrame al oído’’. Jose decía frases y yo se las comunicaba a Antonio y viceversa. En medio del juego José me dice Bésame, y rápidamente alcanzo a Antonio y le digo en el oído ‘’ Bésame’’ sin dudarlo ni pensarlo dos veces este se aventó sobre mi dándome un beso.
En la puerta de mi hogar me despedí de ambos, entré y suspiré es obvio que me gustó. Al instante tocó mi puerta, abrí y nuevamente se me abalanzó. Sentí unas ganas obsesivas de besarlo y tocarlo, un sentimiento extraño y no parecido al amor.